Slug
carnivore

Segisaurus

El Segisaurus es uno de los terópodos más pequeños de la familia de los coelophysidae, con un peso de entre 4 y 7 kg y hasta un metro de largo. Ligero, pero con unas patas largas y fuertes, el Segisaurus es extraordinariamente ágil y puede correr a gran velocidad, así que cuenta con una destreza vital para escapar de los depredadores.

Tarbosaurus

Al igual que su primo más famoso, el Tyrannosaurus rex, el Tarbosaurus es un dinosaurio tiranosáurido del Cretácico superior originario de Asia. De hecho, muchos expertos en dinosaurios creen que no se trata de un género propio, sino de una especie asiática de Tyrannosaurus. Mide más de once metros de largo y pesa más de cinco toneladas. Este terrorífico depredador alfa tiene una de las mandíbulas más poderosas jamás encontradas en un dinosaurio, así como hileras de dientes grandes y afilados.

Concavenator

El Concavenator, conocido por la gran cresta de su espalda, es un terópodo carnívoro que se remonta al Cretácico inferior, hace unos 130 millones de años. Este género podía alcanzar los seis metros de longitud y pesar más de 350 kilos. Su larga cola le permitía mantener el equilibrio. También contaba con una pronunciada cresta triangular sobre las caderas. Los expertos creen que podía servir para regular la temperatura o actuar como reclamo para atraer a una pareja.

Utahraptor

Como habréis adivinado por su nombre, el Utahraptor vivía en la región de Utah, al oeste de Estados Unidos, durante el Cretácico inferior. Con cinco metros de longitud y unos 300 kilos de peso, el Utahraptor es uno de los géneros más grandes y lentos de la familia de los dromaeosauridae. Puesto que era incapaz de correr más rápido que la mayoría de los dinosaurios más pequeños, este género recurría a sus garras en forma de hoz y a una poderosa mordedura para emboscar a sus presas.

Gigantoraptor

El temible Gigantoraptor es el dinosaurio más grande de la familia de los Ovirráptor. De largo medía unos ocho metros y pesaba más de dos toneladas. Se remonta al Cretácico superior: hace unos 65-70 millones de años. Aparte de su impresionante tamaño, el Gigantoraptor destaca por su falta de dientes. Eso sí, posee una fuerte mandíbula capaz de cortar grandes plantas.

Yutirano

El Yutyrannus es un dinosaurio carnívoro de la familia de los tiranosauroideos, un familiar lejano del aterrador Tyrannosaurus rex, que es conocido por las largas plumas que tiene en el cuerpo y en la cola. De hecho, con casi 9 m de largo, este género es el dinosaurio carnívoro más grande conocido con plumas, lo que da pie al nombre Yutyrannus, que se traduce como «tirano con plumas».

Yejolóptero

El Jeholopterus es un pterosaurio anurognátido famoso por su hocico achatado y sus filas de dientes afilados. Este género toma su nombre de la región de Jehol de Mongolia interior a la que llamó su hogar y tiene una envergadura de alrededor de 80 cm. Se remonta al período jurásico medio, hace unos 164 millones de años.

Deinoqueirus

Con un peso de cerca de siete toneladas y una longitud de hasta 11 m, el Deinocheirus es el ornitomimosaurio más grande que haya existido. Este género se remonta aproximadamente 70 millones de años al período cretácico superior y su nombre se traduce como «mano horrible», en referencia a sus grandes y poderosas garras.

Sinosauropteryx

El Sinosauropteryx, un terópodo carnívoro, es nativo del noreste de China y se remonta al periodo cretácico inferior. Este género pesa poco más de dos kilos y crece hasta alrededor de 1 m de longitud. Es familia del Compsognathus, aunque, a diferencia de sus primos mayores, tiene plumas. De hecho, es el primer ejemplo conocido de un dinosaurio no aviario que presenta plumas, lo que llevó a los paleontólogos a la teoría de que los pájaros modernos evolucionaron de los reptiles dinosaurios.

Moros Intrepidus

El tiranosauroideo Moros intrepidus es un terópodo del Cretácico superior. Un Moros intrepidus de tamaño completo crece hasta casi 1 m de altura, lo que lo hace uno de los dinosaurios más pequeños en la familia de los tiranosauroideos. Solo es una fracción del tamaño de su pariente más famoso, y mucho más terrorífico, el Tyrannosaurus rex.